miércoles, 23 de marzo de 2016

Los zapatos de Job: capitulo 1

1        


         Las noticias que se esperaban en esa tarde, tenían los nervios de punta al grupo de tres personas, en la sala de espera del centro hospitalario. El aire acondicionado de las instalaciones de aquel gigante edificio en nada daba un descanso para hacer que la temperatura no fuese tan fría. Los ascensores repletos de gente estaban siempre subiendo y bajando, y el timbre electrónico de cada uno de ellos anunciaba la apertura o el cierre de cada nuevo viaje. No cesaba de salir gente de cada ascensor, y no dejaba de entrar, ya para terminar de subir al noveno piso, o bajar desde el séptimo hasta los pisos inmediatamente siguientes, en escalada casi siempre. Los buenos días, o las buenas tardes, a la entrada de cada nuevo grupo de personas, se hacía sentir, y era como la cartilla de buenos modales de cada nuevo grupo que entraba. Igualmente, en coro, se recibía la respuesta del saludo de los que estaban, o subiendo, o bajando, según la situación momentánea del ciclo repetitivo del servicio del sube y baja de aquella poderosa máquina encargada de transportar gente, en línea vertical. Era agradable dar los buenos días, y lo era, aún más el recibirlo. La respuesta segura del saludo dado obligaba a que quien entrara, se viera forzado a no omitir el saludo, porque la respuesta masiva, era la recompensa al oído que se endulzaba con el coro de la respuesta, de una manera jovial y sana. En cada nuevo grupo que subía, o bajaba, la variedad era realmente sorprendente. Algunos eran conocidos y se saludaban por nombres, una vez entrados en el viaje respectivo y a su destino. La elegancia parecía ser la nota sobresaliente de todos los usuarios. Elegancia que se reflejaba en la altivez de los rostros, y era muy poco común ver caras agobiadas, a pesar, de que cada cual estuviese llevando su lucha interior, por las múltiples penurias de la existencia, o por las circunstancias momentáneas del padecer la vida, en sus diversas intensidades existenciales.
         La ciudad daba su toque personal al comportamiento general, ya de los propios capitalinos, o de los que venían a ella, por ser la capital, a sus interminables actividades propias de las grandes urbes.

         Los días estaban un poco lluviosos y fríos, al comenzar la mañana. A media mañana el sol del verano daba un resplandor avasallador y embriagaba de belleza de luz toda la ciudad, haciendo que el cielo se viera como más azul de lo normal. Se sentía una claridad transparente y bonita, difícil de describir, pero fácil de percibir por los sentidos. Tal vez en eso consistía el contagio natural de alegría percibida por los sensores cerebrales que transmitían optimismo al trajín de la capital. Era, tal vez, instintivo, e igual de contagioso. 

1 comentario:

  1. Online Blackjack, Cards and Poker – Casinos and Slots
    Play online 바카라 사이트 총판 blackjack, poker, roulette, and slots games from RealTime Gaming. Get up to 70% deposit bonus for online slots, poker and blackjack now!

    ResponderEliminar