11
El caso es que la
situación de Job se complica. Después del trato entre El Satán y Dios, porque
es a raíz de ese trato o de ese reto por parte de El Satán, que comienzan las
penurias y vicisitudes para Job. Hasta se podría decir que Dios cae en la
tentación que le presenta El Satán. Pero es un recurso literario, y no podemos
olvidar ese elemento, que es clave.
¿Cuáles son las
penurias?
Las primeras son
a nivel de sus riquezas y posesiones.
El texto dice:
El día en que sus hijos y sus hijas estaban
comiendo y bebiendo vino en casa del hermano mayor, vino un mensajero donde Job
y le dijo: «Tus bueyes estaban arando y las asnas pastando cerca de ellos; de
pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, y a los criados los pasaron a
cuchillo. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
Todavía estaba éste hablando, cuando llegó
otro que dijo: «Cayó del cielo el fuego de Dios, que quemó las ovejas y
pastores hasta consumirlos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
Aún estaba hablando éste, cuando llegó otro
que dijo: «Los caldeos, divididos en tres cuadrillas, se lanzaron sobre los
camellos, se los llevaron, y a los criados los pasaron a cuchillo. Sólo yo pude
escapar para traerte la noticia.»
Todavía estaba éste hablando, cuando llegó
otro que dijo: «Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa del
hermano mayor.
De pronto sopló un fuerte viento del lado del
desierto y sacudió las cuatro esquinas de la casa; y ésta se desplomó sobre los
jóvenes, que perecieron. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
Comienza a
complicársele la situación a Job. Esta situación de posesión y de riqueza la
resuelve Job, sin embargo, con la frase, por de más conocida: «Desnudo salí del seno de mi
madre, desnudo allá retornaré. Yahveh dio, Yahveh quitó: ¡Sea bendito el nombre
de Yahveh!». Frase conocida, por supuesto, parafraseando el libro de Job.
¿Con esa sumisión queda claro el desprendimiento del personaje y su desapego a
lo material? Hasta se podría espiritualizar con ese pretendido desprendimiento.
Pero, ¿sería válido?
Las siguientes penurias son a nivel de salud:
El
Satán salió de la presencia de Yahveh, e hirió a Job con una llaga maligna
desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.
Job
tomó una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura.
Entonces
su mujer le dijo: « ¿Todavía perseveras en tu entereza? ¡Maldice a Dios y muérete!»
Y Job resuelve su
situación con otra frase: “Si aceptamos de Dios el bien, ¿no aceptaremos el mal?”. Pero antes
de eso, hay una respuesta fuerte de Job a su mujer: “Hablas como una estúpida cualquiera”, ante la sugerencia de ella de
que maldijera a Dios.
Es, entonces,
cuando los tres que habían venido a consolar a Job, se sientan a su lado, con
gran pena y dolor. Y es cuando Job irrumpe en su sufrimiento con el grito y con
su lamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario