miércoles, 23 de marzo de 2016

Los zapatos de Job: capitulo 11

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El caso es que la situación de Job se complica. Después del trato entre El Satán y Dios, porque es a raíz de ese trato o de ese reto por parte de El Satán, que comienzan las penurias y vicisitudes para Job. Hasta se podría decir que Dios cae en la tentación que le presenta El Satán. Pero es un recurso literario, y no podemos olvidar ese elemento, que es clave.
¿Cuáles son las penurias?
Las primeras son a nivel de sus riquezas y posesiones.
El texto dice:

 El día en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa del hermano mayor, vino un mensajero donde Job y le dijo: «Tus bueyes estaban arando y las asnas pastando cerca de ellos; de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, y a los criados los pasaron a cuchillo. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
 Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro que dijo: «Cayó del cielo el fuego de Dios, que quemó las ovejas y pastores hasta consumirlos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
 Aún estaba hablando éste, cuando llegó otro que dijo: «Los caldeos, divididos en tres cuadrillas, se lanzaron sobre los camellos, se los llevaron, y a los criados los pasaron a cuchillo. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
 Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro que dijo: «Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor.
 De pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto y sacudió las cuatro esquinas de la casa; y ésta se desplomó sobre los jóvenes, que perecieron. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»

Comienza a complicársele la situación a Job. Esta situación de posesión y de riqueza la resuelve Job, sin embargo, con la frase, por de más conocida: «Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá retornaré. Yahveh dio, Yahveh quitó: ¡Sea bendito el nombre de Yahveh!». Frase conocida, por supuesto, parafraseando el libro de Job. ¿Con esa sumisión queda claro el desprendimiento del personaje y su desapego a lo material? Hasta se podría espiritualizar con ese pretendido desprendimiento. Pero, ¿sería válido?
Las siguientes penurias son a nivel de salud:

El Satán salió de la presencia de Yahveh, e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.
Job tomó una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura.
Entonces su mujer le dijo: « ¿Todavía perseveras en tu entereza? ¡Maldice a Dios y muérete!»

Y Job resuelve su situación con otra frase: Si aceptamos de Dios el bien, ¿no aceptaremos el mal?”. Pero antes de eso, hay una respuesta fuerte de Job a su mujer: Hablas como una estúpida cualquiera”, ante la sugerencia de ella de que maldijera a Dios.

Es, entonces, cuando los tres que habían venido a consolar a Job, se sientan a su lado, con gran pena y dolor. Y es cuando Job irrumpe en su sufrimiento con el grito y con su lamento.

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