miércoles, 23 de marzo de 2016

Los zapatos de Job: capitulo 26

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-- Cuando vas a comenzar tratamiento crees que eres la única persona que esta pasando por ese mal momento.
 -- En el salón de tratamiento  conocí un grupo de pacientes que al igual que yo estaba en una batalla por la vida,  en  la lucha por ser vencedor y no vencido.
-- Formamos un gran grupo donde habían distintos diagnósticos, pero una misma lucha por la vida, un mismo sentimiento un mismo dolor. Éramos el grupo del bochinche, reíamos con el que reía y llorábamos con el que lloraba, sin darnos cuenta eras un gran grupo de apoyo, nos ayudábamos con los medicamentos, nos reíamos de lo que fuimos y de lo que éramos en aquel momento, los nuevos look que cargábamos, unos pelones otros con gorros, pañoletas o pelucas,  todo era cosa de rizas, sólo así sobrellevábamos los momentos difíciles.
-- El día de quimioterapia ya no era cosa de sustos,  sino un momento de compartir con otros compañeros que están en las mismas condiciones que uno.
-- Cuando entras en quimioterapia el mundo social cambia, en mi caso se limito sólo a llamadas telefónicas y cortas visitas.
 -- Recuerdo que un día fue a visitarme una amiga y su esposo, y se sorprendieron de lo bien que me veía aún cuando  ya estaba en el proceso de quimioterapia.  Les comenté que la única reacción hasta aquel momento había sido la caída del pelo.  Mi amigo me dice: “quítate la pañoleta para ver como te ves”.Yo, que todo me lo tomo light,  me quité la pañoleta. Él me dijo: “te ves bien quédate sin pañoleta”. Mientras que a mi amiga, que siempre me vio con mi pelo lacio y largo,  se le desdibujó la cara y reflejó una gran tristeza,  aun cuando  no dijo nada, me demostró su dolor por lo que me pasaba.
-- Allí uno se da cuenta como una palabra tan pequeña como  Cáncer afecta todo el entorno de una persona, Familia, amigos etc.
 -- Peor aun; nos hace caer en cuenta del terrible problema que se está enfrentando.
 -- Por eso a mi se me hacia mas fácil, la convivencia, la amistad con las gente del hospital, con los pacientes de la quimio. Por que allá  no importaba el aspecto físico, sólo existía un objetivo  fijo luchar para vencer la batalla.

 -- Desde ese día no mostré mi cabeza pelada a nadie, no me gusta hacer sentir mal a nadie por lo que me pasa, ni demostrarme vencida frente a  los demás.

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